Los Globos
Un niño negro contemplaba extasiado al vendedor de globos en la feria del pueblo. El pueblo era pequeño y el vendedor habÃa llegado pocos dÃas atrás, por lo tanto no era una persona conocida.
En pocos dÃas la gente se dio cuenta de que era un excelente vendedor ya que usaba una técnica muy singular que lograba captar la atención de niños y grandes. En un momento soltó un globo rojo y toda la gente, especialmente los potenciales pequeños clientes, miraron como el globo remontaba vuelo hacia el cielo.
Luego soltó un globo azul, después uno verde, después uno amarillo, uno blanco, todos ellos remontaron vuelo al igual que el globo rojo.
El niño negro, sin embargo, miraba fijamente sin desviar su atención, un globo negro que aún sostenÃa el vendedor en su mano.
Finalmente decidió acercarse y le preguntó al vendedor: Señor, si soltara usted el globo negro. ¿SubirÃa tan alto como los demás?
El vendedor sonrió comprensivamente al niño, soltó el cordel con que tenÃa sujeto el globo negro y, mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo: No es el color lo que hace subir, hijo. Es lo que hay adentro.
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